Erick Bismark

{ Erick Bismark}

{20}

{24/07/1993}

{Trastorno Adictivo (Autodestrucción)}

{Grado 2}

{Bisexual}

{Masculino}

Mi Físico

Erick puede verse a todas luces como un joven común y corriente; su estructura fisica está compuesta por una altura de 1.83 Cm, su peso ronda los 70 Kg y su cuerpo ademas de lucir una infinidad de cicatrices y marcas de heridas, goza de un notable estado fisico, desplegando una musculatura notable pero nada exagerada y un estado general bastante atletico. Su cabello es negro y lo lleva medianamente corto; sus ojos son de un tono azulado, punzantes y duelos de una mirada serena pero peligrosa, adornada por unas ojeras algo visibles producto de incontables noches en vela.

En cuanto a vestimentas, por su estatus social suele llevar prendas bastante lujosas y finas, chaquetas de cuero, camisas, pantalones y atuendos que denotan  opulencia. Sin embargo actualmente utiliza solo lo dado por la institución, especialmente cuando sufre sus ataques y es capaz de destrozar todo lo que tiene puesto. No posee ningún tatuaje por lo que su piel se muestra clara y limpia, con una tonalidad que casi llega a la palidez.

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Mi Personalidad

Fue particularmente difícil diagnosticar a Erick en un principio; cualquier medico que lo vea y hable con él podrá ver que posee una gran lucidez  a la hora de la interacción social; Erick sabe que está enfermo y lo ha aceptado, el vive con su enfermedad al punto tal de abrazarla… de ser feliz con ella, lo cual muestra le primer signo de la misma. Él cree que no necesita cura, que su enfermedad mental es algo natural, algo bueno y algo de lo que no desea des hacerse.

La automutilación es parte de su vida, Erick encuentra placer y satisfacción lastimándose a sí mismo, él ríe y disfruta del dolor, es algo que conoce bien, tanto que lo necesita, lo desea… ya sea lastimándose por su propia mano o buscando que otros le hagan daño, recibir dolor es un don, es algo unico que éste chico aprecia y abraza de manera retorcida y enfermiza. Afortunadamente no ha considerado nunca hacer daño a otros, él cree que el placer por el dolor solo brota de su cuerpo, al herir a otros, no puede experimentar todo aquello que tanto necesita.

En cuanto al trato diario, Erick es un tanto retraído, no es que le cueste entablar una charla o no saber como interactuar, simplemente prefiere evitar a otros a menos que tenga la necesidad de ser agredido en busca de dolor. Erick prefiere ensimismarse, no necesita a nadie que no sea él mismo, una charla o algo como un amigo es algo casual, algo que no es necesario y que a la larga, considera una perdida de tiempo. Erick conoce el amor, lo ha experimentado, sin embargo su cuadro psicológico ha borrado ese tipo de lazos, o al menos los ha suplantado con esa auto-necesidad por sí mismo, mientras él sea dueño de su cuerpo y pueda provocarse ese dolor diario que necesita, no hace falta que nadie más entre a su vida.

Su patología ha conseguido que los doctores lo mantengan vigilado, ya que su manía eventual de provocar a otros para buscar ser atacado ha conseguido exaltar a otros internos con patologías relacionadas, lo cual ha terminado más de una vez con Erick internado en grave estado dentro de la guardia hospitalaria de la institución… éste chico es una bomba de tiempo peligrosa para sí mismo y para los demás, razón de más para ser mantenido en observación por el personal de seguridad del lugar.

Otros Datos

[►]Ciudad de Procedencia: Berlín
[►]Estado Civil: Soltero
[►]Gustos: El dolor en todas sus formas; tocar el piano en sus ratos de lucidez, leer y saber del mundo exterior.
[►]Disgustos: Los tratamientos y medicamentos de la institución, estar confinado o encerrado
[►]Otras Enfermedades: Insomnio Crónico/agresividad/depresión leve/negación de la realidad.
[►]Virtudes: Es bastante realista y filosófico cuando no se trata de aspectos de su psique, aún en su enfermedad es bueno escuchando a la gente y en ocasiones soltando algún que otro revelador consejo.
[►]Defectos: La negación a la cura le hace bastante obstinado y hasta agresivo; cuando no puede conciliar el sueño su temperamento cambia radicalmente volviéndose inestable y peligroso, no querrás estar cerca cuando sus ojeras se vuelven REALMENTE notables.
[►]Otros: -

Mi Historia

Erick nació en el seno de una importante familia de gente de negocios en Berlín, su padre era un gran empresario en la línea armamentística y su madre una de las mas exitosas abogadas del país. Al pequeño nunca le faltó nada, al ser hijo único todos sus caprichos fueron cumplidos para encubrir un estado de abandono notable ante las prolongadas ausencias de sus padres por los apremiantes empleos de ambos.

Erick fue criado prácticamente por tutores, nanas y maestros especializados, contratados de entre la elite para asegurarle un futuro brillante a quien sería seguramente sucesor del gran “imperio” de su apellido. Sin embargo y lo que ninguno de sus veladores pudo preveer fue que las patologías de Erick comenzaron a manifestarse desde joven; más allá de las lecciones de piano, de las practicas de idiomas, deportes, esgrima y combate, Erick comenzó a dar señales de los primeros síntomas de autodestrucción a la edad de 13 años. Para ese entonces el azabache ya ocultaba en su cuerpo punzadas, cortes y magulladuras ejecutadas por él mismo; cada daño que su cuerpo comenzaba a sufrir representaba alivio para él, el dolor se torcía y cambiaba en algo deseable, en algo dulce y que, experimentado en los umbrales de su pronta esquizofrenia, se convertiría en casi una droga que debía ser aplicada a diario.

Quizás era una forma de canalizar su dolor por la ausencia de aquellos que le dieron la vida, quizás realmente aquello nació de algo que se quebró en el interior de Erick; lo cierto fue que aquellos síntomas empeoraron cada vez más. Su percepción de la realidad comenzó a cambiar poco a poco, las heridas cada vez eran más graves e imposibles de ocultar, hasta que, a la edad de 19, sus padres finalmente abrieron los ojos cuando recibieron un llamado de las autoridades locales, informándoles que su hijo había sido herido de gravedad en una pelea de bar. Para cuando sus preocupados padres llegaron al hospital, no fue el terrible estado de su hijo lo que les espantó, sino el hecho de verle allí en la cama, vendado de pies a cabeza, sonriendo de manera horriblemente retorcida y riendo mientras que con su única mano sana rascaba los vendajes dejando amplias marcas rojas bajo ellos, mientras pedía más, mientras gritaba pidiendo mucho más.

Empapados en vergüenza y para ocultar la des honra de un hijo enfermo, ambos padres en un hermético secreto enviaron a Erick a la prestigiosa institución mental de Edimburgo esperando quizás que el muchacho se recuperara... y en caso contrario, que nunca más viese la luz del sol para avergonzar a los Bismark.

Más Datos

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