Let it grow, let it grow, for cutting crops.

No.

Emily Morgan

FÍSICO

Iniciemos por su cabello, de un color rubio viejo, desgastado de un largo medio hasta la altura del busto, amarrado de manera floja en una trenza. Su piel, de un color pálido, tiende a rozar más un color enfermizo que a la usual blancura que poseen otras personas. Sus ojos son de un color verde opaco, y sus pestañas rozan el color marrón.
Su complexión es delgada, tirando a frágil debido a la mala alimentación que ha llevado a lo largo de los años. Sus pómulos no tienen un característico rosado que abunda en las mujeres jóvenes de su edad, podría decirse, que es como ver un cuadro pintado con colores fríos.

En sus brazos como en sus piernas, pueden visualizarse pequeñísimos círculos resultado de la muerte del fuego de un cigarrillo en varias ocasiones. Sin embargo estas no son las únicas marcas que posee, en el lateral izquierdo al nivel de la cuarta costilla tiene una línea que la atraviesa por casi diez centímetros como punto más notable.

PSICOLOGÍA

Esquizofrénica, resumiendo su situación.

Su esquizofrenia no puede caracterizarse como un solo tipo. Sus características pasan de lo catatónico e inamovible físicamente a ataques repentinos de ira, alucinaciones tanto visuales como auditivas, a menudo siente que ha perdido control sobre sus pensamientos, no puede hablar con fluidez y su capacidad para mantener el hilo de sus pensamientos es muy limitada.

El insomnio y los mareos constantes son una pizca de su animado día a día, donde la agitación y el comportamiento repetitivo toman control sobre sus acciones si no ha podido concretar de manera correcta su rutina, que consiste básicamente, en resistir los ataques de seres invisibles a los demás que a su criterio, desean su muerte. Emily no puede expresar empatía y su gama de emociones a expresar está limitada en las tres más notables: Apatía, ira y cortos lapsos de felicidad/diversión mórbida por sucesos que naturalmente deben de concebirse como trágicos.

Con una mirada perdida en el eterno infinito, con un habla lenta casi pesarosa y una postura poco cómoda, es difícil pensar que el tratamiento para este paciente puede dar un progreso al notar como, de manera superficial pareciera estar reacia a prestarle alguna atención a su acompañante. Sus comportamientos algo extremistas y respaldados por la falta total de interés por contestar más que con monosílabos  (si es que lo hace) es una característica particulares que posee.
Con un rechazo extremo a los psicofármacos, puede asegurarse que pateará y arrancará pedazos de carne con los dientes de ser posible, antes de aceptar pastillas o inyecciones.

En su vida existen 4 alucinaciones importantes, que predominan al momento de tomar alguna decisión relevante:

•Doscientos.
•Miércoles.
•Viernes.

Todos con un aspecto tanto físico como psíquico del que la joven Morgan ha evitado hablar por todos estos años.

HISTORIA

Desde el nacimiento de Emily, su padre (neurólogo infantil) pudo percibir que algo en ella no iba bien. Primeramente catalogado como un principio al asperger ambos padres decidieron ignorar que su hija hacía sido concebida con la corteza pre-frontal desarrollada de una manera distinta a los demás. Para ser exactos, con un transtorno. Para ella, la crueldad como así la diferencia entre el bien y el mal, eran conceptos de los que no podía hacer alguna discrepancia de manera consciente.

Su infancia, llena de ‘amigos imaginarios’ que habían terminado por ser un dolor de cabeza para sus padres, no entró dentro de los parámetros de la normalidad. Estos camaradas, constantemente parecían ser más la causa de que ella rompiera cosas y se comportara de manera esquiva, de una manera cada vez más retraída hasta con sus padres. Alertados por aquellas señales que ya parecían ser graves, la llevaron a la universidad de psiquiatría donde finalmente fue diagnosticada con Esquizofrenia Indiferenciada, retraimiento social y para horror de sus progenitores, con un principio de Omofagia, justificando sus acciones con dos palabras que les heló la sangre: ‘Me obligó.’

Pasó la mayor parte de su niñez recluida en su hogar, donde constantemente la visitaban médicos para exámenes psicológicos que después de un tiempo, se volvieron inútiles. Ella no les hablaba, no los miraba, siquiera notaban que estaban allí; debido a que su mundo imaginario solía desviar su atención.
Leyó cada libro, cada folleto y cada papel que su padre poseía sobre medicina, anatomía humana y biología. Era la única manera en la que ella misma podía desviar su atención de las horribles ‘cosas’ que, más que sus amigos imaginarios terminaron convirtiéndose en la pesadilla que tenía cada vez que despertaba. Así desarrolló un gusto particular por estudiar los órganos internos, era peligoso dejarla en el patio trasero mucho tiempo, ya que se la podía ver atrapando a  algún pajarillo indefenso o a un roedor desafortunado para sus prácticas ‘médicas’ como las catalogaba. Actualmente, a sus 23 años fue ingresada por segunda vez en un hospital psiquiátrico a causa de que su comportamiento comenzó a verse peligroso para sus padres, quienes ya habiendo pasado la edad de la utilidad adulta, desarrollaron un temor por lo que podría llegar a hacer su hija, a sí misma o a ellos.

OTROS DATOS

— WHI Images —

Un detonante común, es la invasión a su espacio personal.

"O ríes, o lloras."